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La nueva fiebre lunar

En 2025 la Luna ha vuelto a situarse en el centro de la ambición humana como un nuevo horizonte económico, cultural y geopolítico. Tras décadas en las que la exploración espacial parecía concentrarse en Marte como meta lejana, el satélite terrestre recupera protagonismo inmediato al convertirse en el punto de partida para ensayar un modelo de colonización y de explotación de recursos que transformará radicalmente el comercio espacial.

Empresas emergentes y grandes agencias espaciales coinciden en la necesidad de desarrollar infraestructuras que garanticen la llegada, la permanencia y el aprovechamiento sostenible de los recursos lunares. La construcción de hábitats, la experimentación con cultivos o el diseño de sistemas de energía marcan un nuevo paradigma de innovación aplicada.

Campañas mediáticas, exposiciones y proyectos culturales utilizan la fascinación lunar como recurso para despertar interés público y reforzar la legitimidad de estas iniciativas. 

Intervalo de horas entre el que se comprende el lanzamiento de nuevos satélites a la órbita terrestre entre enero y junio de 2024.

Número de misiones lunares que ya están se planificadas para las próximas dos décadas por agencias y empresas privadas.

Millones de dólares que alcanzó la economía espacial global en el segundo trimestre de 2025, proyectándose alcanzar el billón de dólares para 2032.

Millones de dólares que ha destinado la NASA al programa Artemis, destinado a retornar a la luna, incluyendo el desarrollo de cohetes, módulos de aterrizaje, ropa espacial…

De los yates a los cohetes

Los viajes espaciales han dejado de ser patrimonio exclusivo de astronautas y agencias gubernamentales. La apertura de empresas privadas al espacio cislunar ha inaugurado una nueva era en la que subir a una nave rumbo a la órbita terrestre o a la Luna se convierte en un bien aspiracional. Un hito que proyecta exclusividad, poder y diferenciación. Participar en una misión espacial se ha transformado en un marcador de estatus tan potente como en su día lo fue poseer un jet privado o una isla en propiedad.

El fenómeno ha sido rápidamente adoptado por figuras públicas, que convierten su travesía en espectáculo mediático. Sin embargo, este boom viene acompañado de tensiones. La exhibición de vuelos ultracostosos en un mundo atravesado por crisis climáticas, desigualdades estructurales y problemas sanitarios genera un debate incómodo.

Spotlights

  • Los avances en transporte, energía y habitabilidad lunar evidencian que la innovación espacial se convierte en un motor de cambio para industrias terrestres en busca de modelos para diversificar sus negocios
  • La Luna recupera su magnetismo como objeto de deseo global, no solo en la carrera tecnológica y económica, sino también como foco simbólico en campañas de visibilidad e inspiración colectiva.
  • Los recursos lunares cuestionan las nociones tradicionales de soberanía y propiedad, planteando dilemas sobre el reparto del poder y la legitimidad en un espacio sin fronteras terrestres.
  • La Luna deja de ser un horizonte simbólico y se convierte en el escenario real de nuevas economías, donde la exploración espacial se transforma en una apuesta tangible por el futuro.

Descárgate el informe y descubre la tendencia completa

La expansión privada en el espacio crea nuevas oportunidades económicas entre la Tierra y la Luna.