Trend Axes

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Credibilidad en juego

En los últimos años, las personas influencers se han consolidado como figuras centrales del marketing digital, dictando tendencias de consumo y actuando como prescriptoras para marcas de todo tipo.

Sin embargo, esta omnipresencia comienza a mostrar señales de rechazo y cada vez más personas usuarias perciben a estos perfiles como caricaturas de sí mismos, dispuestos a cualquier cosa por un like. Una dinámica que ha alimentado la percepción de que el mundo influencer ha irrumpido con una actitud de "todo vale”, que empieza a cansar a la comunidad digital y a poner en entredicho su legitimidad. 

El público ha comenzado a rasgar las capas de filtro buscando la verdadera identidad detrás del personaje. Las personas consumidoras ya no se conforman con una imagen pulida y perfecta, sino que buscan realidad y sinceridad, poniendo en duda la relevancia de aquellos que se aferran al molde superficial de la cultura del like.

Seguidores que ha perdido la influencer italiana Chiara Ferragni tras la polémica del “Pandoro Gate”, acumulando 5 millones de euros de pérdidas, según la agencia Arcadia.

De las personas usuarias siguen a influencers por su temática, principal motivo de interés para seguirlos, por delante de la credibilidad (39%), en datos del I Barómetro Youplanet de Influencia en España.   

Billones de visualizaciones que acumula en TikTok el hashtag #deinfluencing, reivindicando un consumo más consciente y crítico frente al consumo masivo de influencers tradicionales. 

Volumen de negocio que generó el marketing de influencia en 2023 en España, un 30% más que el año anterior, según un informe de la asociación IAB Spain. 

No con mi like

Ante la falta de credibilidad y autenticidad de los perfiles más tradicionales, surge una corriente crítica, impulsada principalmente por las generaciones más jóvenes: la “desinfluencia”. Una nueva manera de convivir con las redes sociales que rechaza la superficialidad y el consumismo exacerbado a favor de un enfoque más auténtico y realista.

En contraste con el ideal de vida perfecta, las personas comienzan a demandar un contenido más cercano, capaz de generar una conexión más genuina con la audiencia. Una tendencia que no sólo busca desafiar la autoridad de los “macro-influencers”, sino también desmantelar el discurso positivo y poco aterrizado que estos difunden sobre determinados productos, servicios y estilos de vida. 

Este movimiento representa un cambio en las expectativas del público digital, que prioriza la transparencia alineada con sus propios valores y limitaciones sociales o económicas. 

Así, personas creadoras y marcas están adaptando sus estrategias para reconectar con una audiencia crítica que valora la honestidad y la sostenibilidad. Una nueva era digital en la que la pura realidad supera al brillo del espectáculo y la ostentación. 

Spotlights

  • La imagen de los influencers se ha deteriorado debido a comportamientos vacíos y poco éticos, como publicidad encubierta y la obsesión por los likes, generando una percepción de que son personajes superficiales.
  • Surge un movimiento crítico llamado "desinfluencia", que rechaza el consumismo excesivo y aboga por una interacción más auténtica. Este fenómeno se centra en cuestionar y desmantelar el discurso irreal promovido por los macroinfluencers.
  • Tanto marcas como creadores están ajustando sus estrategias para alinearse con los valores del público. Prefieren campañas más cercanas y accesibles, en lugar de perpetuar estilos de vida idealizados e inalcanzables.
  • Entramos en una etapa digital donde el énfasis recae en la realidad y la sostenibilidad, dejando atrás la idealización y el espectáculo. Las personas consumidoras buscan autenticidad y coherencia con sus valores personales y sociales.

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