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Añorar lo no vivido

Las creencias y las prácticas propias de otras épocas se convierten en refugios contra el desconcierto del mundo contemporáneo, especialmente entre la población más joven. Un segmento que, creciendo en un contexto de libertades políticas y democráticas, siente que ha encadenado crisis económicas continuadas, inestabilidad laboral, desigualdad de oportunidades y una sensación general de descontento vital.

Los medios digitales suponen nuevos catalizadores para el retorno a unas prácticas que juegan con la añoranza de lo no vivido, una fascinación por lo perdido que busca anclar el presente a un ideal de tradición que algunos perciben como una vuelta al orden. 

Estos sentimientos de desencanto y escepticismo hacia unos modelos vitales que deberían haber proporcionado estabilidad y progreso vuelven a retomar la narrativa del “todo tiempo pasado fue mejor”. 

Sin embargo, esta idealización de épocas pasadas puede conllevar ciertos riesgos y fomentar el desentendimiento hacia los desafíos del mundo actual, como la desigualdad global o la crisis climática; reforzando ideologías que fomenten la tradición en base al rechazo a la diversidad que representan otros grupos y minorías.

Cifra de jóvenes varones españoles que prefieren el autoritarismo al sistema democrático, “en algunas circunstancias”, según una encuesta de 40dB. para El País y la SER. 

Porcentaje de población joven en España que afirma su admiración por el contenido de épocas pasadas al parecer todo más sencillo, en datos del informe Culture Next de Spotify.

Cantidad de mujeres que se identifican con la tendencia “trad wives” o “red pill women” en Reddit y acumulan más de 84 millones de visualizaciones en TikTok. 

Cifra en la que han bajado las amas de casa en las últimas dos décadas en España, pasando de 5 millones en 2022 a 2,8 millones, según datos de la Encuesta de Población Activa. 

Ponerse en lo peor

Junto a la idealización exagerada del pasado, emerge también una tendencia inquietante que, encabezada por un segmento de la población que desconfía de la legitimidad y capacidad de las instituciones, se prepara de manera activa e individualista para hacer frente a los retos de un futuro catastrófico.

Este fenómeno, que se inspira en las influencias políticas y culturales provenientes de Estados Unidos, especialmente desde la nueva victoria política de Donald Trump, promueve la idea de “ponerse en lo peor” como estilo de vida; desconfiar de las fuentes de información y desentenderse de los cauces oficiales para hacer frente a los nuevos retos. 

Práctica como el preparacionismo, la identificación con roles de género tradicionales o el incremento de familias que optan por promover la educación en el hogar son ejemplos del alcance que están logrando estas ideas.

 

Spotlights

  • El retorno a valores tradicionales implica una vuelta a los roles de género, lo que resulta una regresión de los derechos para mujeres y otros colectivos y pone en riesgo los avances logrados, acentuando aún más las divisiones en la sociedad.
  • Los medios digitales han intensificado esta corriente al facilitar el acceso a contenidos que promueven prácticas y creencias de otras épocas. Este fenómeno conecta a personas que comparten una visión idealizada del pasado. 
  • La nostalgia por épocas pasadas se ha convertido en un refugio para muchos jóvenes que sienten descontento ante la inestabilidad económica y social actual. Una vía de escape ante un presente que perciben como incierto. 
  • El enfoque de "prepararse para lo peor" puede generar efectos adversos, incluyendo un deterioro de la salud mental. La constante visión de un futuro apocalíptico, alimenta ideologías extremistas y refuerza la polarización social.

Descárgate el informe y descubre la tendencia completa

La juventud se rebela contra el mundo contemporáneo.