Trend axes

  • Wellness time
  • Emotional care
  • Calm moments
  • Self-regulatory

La realidad puede esperar

La irrupción de la COVID nos obligó a parar, dejar todo en pausa y conectar con nuestra persona como no habíamos hecho hasta ahora. Un aprendizaje que la sociedad no ha querido dejar atrás y agarra con fuerza para sentirse más viva que nunca

Cada cual es el mejor ejemplo. La rutina se sobrepone a cualquier aspecto de nuestra vida y la vorágine diaria de trabajo, compromiso, estrés y tareas que nos hace tocar fondo, lleva a la necesidad de escapar, tomar aire y volver a reconectar con uno mismo para no perder el rumbo.

Porcentaje de población española que reconoce que se siente emocionalmente mal o muy mal, la tasa más alta de un estudio a nivel europeo del Grupo Axa.

Millones de dólares invertidos en 2021 en startups de salud mental y bienestar, respecto a los 1.800 millones de 2019.

Aumento en el número de búsquedas que sufrió el término “cuarto de masaje en casa" según un estudio de la plataforma Pinterest.

Número de horas diarias que pasamos en espacios interiores, en casa o en el trabajo según un estudio llevado a cabo por la OMS.

Rincones para la pausa

La búsqueda de estos refugios personales no entiende de formas, actividades ni espacios concretos. Los mecanismos para sentirse protegido son tan personales como los propios miedos o ansiedades y se empiezan a crear múltiples vías para llamar a la serenidad y la calma. 

Espacios luminosos, tonos neutros, diseño biofílico… todo destinado a crear salas de meditación, lectura, deporte y hasta cuartos en los que desatar la ira con el objetivo de que no traspase esas paredes. 

En este sentido, nacen figuras como la del living coach que, más allá de decorar el interior de las viviendas, conecta con las necesidades y frustraciones de sus habitantes y les genera sus propios refugios.

 

Spotlights

1.

La inclusión de elementos naturales en nuestro día a día, que nos invitan a desconectar, supone una gran ayuda para el bienestar físico y mental

2.

Las personas asumen con menos miedo la necesidad de momentos de desconexión y expresan y comparten sin vergüenza lo que les hace sentir bien. 

3.

El diseño de producto se enfoca en las necesidades personales de las personas consumidoras para invitarles a desconectar y hacerles sentir aquí y ahora. 

4.

Más allá del uso de elementos que nos hagan sentir mejor, es clave contactar con profesionales de la salud mental, en caso de considerarlo necesario. 

Descárgate el informe y descubre la tendencia completa

Pequeños refugios para el reencuentro.